8.- Razones del malestar social para gran parte de los estratos de la sociedad
Con ello estamos ya realizando nuestro empeño al manifestar las premisas de reforma perentoria y manifiesta, para que una imprescindible revolución, que en verdad no debería demorarse demasiado, no tenga que ser necesariamente cruenta.
Las cosas muy claras; en el mundo y sobre todo en España, no hay verdaderamente democracia, pero vamos en camino de poder llegar a ella.
No hay verdadera democracia porque quien manda y ordena es sólo el estado y el gobierno (el rey y partidos), sin apenas tener en cuenta las opiniones, necesidades y obligaciones que tienen ante el pueblo estructurado o no.
Los partidos políticos no funcionan democráticamente en buena parte de sus actividades.
El pueblo, en un 70% aproximadamente, no tiene conciencia de sus derechos ni de sus deberes, principalmente porque no está culturizado como debiera.
Los medios de comunicación funcionan como instituciones para su provecho y supervivencia, haciendo de todo menos informar debidamente de lo que pasa y de lo que no pasa.
El mundo de las derechas está íntimamente persuadido de poseer la verdad, y representa el alma y motor de casi todo lo que se dice y se hace.
Las religiones en general funcionan como instituciones puramente humanas, y se empeñan, como prurito, en poder engañar a la gente de que representan la verdadera trascendencia y espiritualidad como soporte para toda motivación humana.
Los sistemas de enseñanza en general (incluidos los de orientación religiosa) enseñan e instruyen, sin darse cuenta, las premisas apropiadas para que la vida resulte alienada, ya que inducen directamente a hacer de sus actos persona-les un reflejo de los demás, al menos en un 80% de los casos.
La libertad no es completa, y está verdadera-mente coartada porque en cuanto alguien dice algo que no conviene o no interesa a la ley o a la autoridad es interpretado como desorden público o privado.
La justicia está totalmente camuflada por premisas que sustituyen el verdadero sentido de lo bueno y de lo malo. Son solamente apostillas a las conveniencias de los que la ejercen.
La iglesia católica abusa de sus prerrogativas oficiales, creyendo todavía que la ética está en su poder, cuando la verdad demuestra justamente lo contrario.
El gobierno no está del todo justificado y legitimado, ya que Franco quebrantó la ley establecida y la transición toma como correcto lo que un dictador propuso en su día.
Estas premisas son por ahora las mínimas que podemos citar, como hechos puntuales a nivel de institución, que deberán ser tratadas adecuadamente para una reforma integral y democrática.
Por otro lado, hacemos la siguiente pregunta: ¿Se puede incoar proceso de reforma en las instituciones, sin contar con las personas que la constituyen?
En estas condiciones creo que ya se debería poder contestar verdaderamente a la pregunta ancestral que dice: ¿Cuál es primero, el huevo o la gallina?
Siguiendo la línea explicativa, debemos afirmar rotundamente que ese acerbo procesal negativo y degenerante que indicábamos y señalábamos, encuentra su verdadera base justificativa en el proceso ideológico y práctico que el poder, del dinero, las finanzas, etc., marcan y conllevan. Ello supone que es la economía sobre todo y el poder político quienes conforman principalmente el devenir de la existencia de los pueblos.
La economía, como siempre, se basa en la libertad de un mercado ciego, libre e inconsciente que procura, promete y permite toda clase de irregularidades a favor del que más tenga y/o el que más pueda.
En este contexto vital nada o muy poco puede hacer la persona humana que quiera realizar algo coherente a su conciencia, ya que apenas podrá arreglar su vida en referencia al verdadero triunfo, o la armonía entre el bien o el mal.
Desde luego que el devenir humano impepinablemente se obscurece, se atrofia y se obnubila, como consecuencia a esas premisas valorativas que coartan en gran manera toda iniciativa verdaderamente limpia, justa y primariamente creativa.
Por eso el ser humano se está volviendo en algún sentido un tanto hedonista, indolente y perezoso, de tal manera que empieza a sentirse incompleto e incluso verdaderamente inmotivado.
Es así que mucha gente ya presiente que esa postura general del ser ordinario, embutido dentro de un sistema deteriorado como tal, no lleva a casi nada importante e interesante de verdad.
Todo apunta a una supervivencia y continuación inadecuada de vida, anclada en un proceso y trayectoria económico-social-política, que lleva a sacar conclusiones de un talante intrínsecamente injusto, incompleto e insatisfactorio a todas luces.
Este sistema socio-político-económico, que nos informa y rige, basado en la ideología capitalista reinante, calificado por la mayoría de la gente como inadecuado porque nunca podrá resolver los verdaderos problemas humanos.
Si sólo principalmente se trata de aprecio y evolución de bienes y riqueza material e ideológicamente menguado de valores significativos, el resultado será siempre injusto, incompleto e irracional.
Ya mucha gente empieza a comprender que es imprescindible, por necesario, otro sistema y medios de solventar los problemas humanos verdaderamente adecuados a su evolución y desarrollo.
Por eso es notorio el malestar que presiente la gente, al ver que casi todo el mundo intenta parchear con arreglos convencionales los problemas que un sistema injusto e irracional preconiza.
Es una pena que la intelectualidad y sobre todo las autoridades intelectuales no se den cuenta de que un cambio de enfoque y significado se requiere ya como premisa sine qua non para un enfoque más justo y más correcto de la vida de los pueblos.
Entonces ya deberemos empezar a explicar y definir con claridad y orden adecuados, la manera de plantear y presentar la posibilidad de cambios, alternativas, etc., para un necesario y auténtico arreglo de los problemas humanos de toda índole.
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