Aunque nos disguste somos un protectorado del capitalismo, ya sea bajo el ECOFIN, el Banco Mundial o de las siglas que más os apetezcan. Si no se hubieran realizado las duras medidas de reajuste a nivel europeo, los rezagados hubieran sido expulsados de la Unión Europea, como estuvo a punto de pasar a España en la semana fatídica para los ciudadanos, en la que Zapatero recibió la visita de representantes de la UE, la llamada de Obama y las presiones de los mercados financieros (boicoteando las bolsas de los países díscolos).
A pesar de ser a priori una lucha desigual, estamos en el camino de la victoria. Llega el momento de replantearse cómo nos queremos recuperar y crecer, abrazando una economía sostenible (energías renovables, I+D+i), más justa (incrementando los salarios, la productividad y avanzando en la participación y la autogestión) y solidaria (persiguiendo el fraude y los paraísos fiscales).
Pongamos algún ejemplo. Las empresas del IBEX-35 están teniendo beneficios récord en un año muy duro de crisis. En concreto la banca está obteniendo ¿resultados espectaculares? ¿Pero no fue a ellos a los que hubo que rescatar de emergencia, incrementando la deuda pública a límites insostenibles, y ser esa la causa de los actuales recortes de prestaciones, servicios públicos y salarios/pensiones?
Parece que es el momento que devuelvan al país lo que el país ha hecho por ellos. Se basa en el principio de reciprocidad y solidaridad. Empecemos por crear una tasa para las transacciones bancarias, continuemos con la devolución del dinero prestado por el país, sigamos con la obligatoriedad de prestar dinero a las pymes (crean el 90 % del empleo en Europa), continuemos con una separación tajante entre la banca tradicional de la banca de inversión, incrementemos los fondos de reserva obligatorios para la banca, persigamos el fraude y los paraísos fiscales de una manera decidida y no como hasta ahora se está haciendo (lo de las 3000 cuentas suizas de ciudadanos españoles es de juzgado de guardia, curiosamente no se ha vuelto a saber nada más de ello) y un sinfín de medidas para que esta atrocidad no se vuelva a repetir y podamos enderezar nuestra economía.
Tampoco olvido la ingente cantidad de dinero público destinado para mantener las Cajas de Ahorro, que junto con las fusiones impuestas han abierto un campo de jugosos beneficios para la inversión privada. ¿Estamos locos? Se ha desperdiciado una ocasión única de nacionalizar parte de la banca, como sí ha hecho el Gobierno Británico, y se ha puesto en bandeja de la inversión privada una herramienta imprescindible para salir rápidamente de la crisis.
Me reitero en que tenemos lo que nos merecemos. A pesar de todo la Historia se encarga de recordarnos que hay una premisa ineludible para mantener un sistema opresivo como el capitalismo actual.
No es otra que las reformas “suavizadoras” en todos los ámbitos. Sirven de válvula de escape del descontento popular. Actualmente se está ignorando, con reformas que incrementan el nivel de presión hasta niveles insostenibles.
Dependiendo del país se está imponiendo por la fuerza de las armas, por el control económico de los mercados financieros o por los políticos que sucumben a las presiones del capitalismo feroz.
La única solución, que ya es ineludible y sin marcha atrás, pasa por una revolución popular de rango mundial. Se encargará de reajustar el sistema socio-económico-político, equilibrando la balanza negativa. Cuanto más se demore más abrupto será el ajuste.
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