viernes, 11 de febrero de 2011

Midesván.org

Curso básico de laicismo

Salida democrática integral a la vida y a la crisis mundial (8ª Parte)

11.- Los procesos de enseñanza que nos rigen

El conjunto y las materias de enseñanza que se presentan y exponen en estos tiempos son en parte aceptables y en parte corregibles.

En el aprendizaje acerca de la instrucción cultural, mucho de lo que se enseña es siempre útil e interesante. Lo corregible debe venir en primer lugar, por una adecuada selección de la autoridad académico-escolar de cada materia que se trate.

En cuanto a la enseñanza (disciplina, orden, etc.), sería mejor establecer por ley académica y/o estatal un proceso de estudios de estudios bien reglamentado y ordenado tanto para el docente como para el discente.

Ha de tenerse bien en cuenta que las autoridades estatales y académicas deberán siempre verse libres de toda influencia religiosa y eclesial de cualquier clase titulo o tipo, ya que todo lo religioso sólo debe ser tratado y aceptado o no, desde la consciencia particular.

El contenido de la enseñanza deberá ser completo (síntesis de cada disciplina), según el curso y nivel de que se trate.
La educación y disciplina escolar y aprendizaje ha de mostrarse metodizada y sistematizada, teniendo en cuenta los tiempos aceptables de trabajo escolar y asuetos obligatorios.


Damos por supuesto que es verdaderamente necesario e imprescindible que el ser humano tenga y deba aprender cosas, ya que ello es para la persona como un imperativo a todo ser consciente, y debe ser también un honor, un placer y un deber parta si mismo y para la sociedad.

Ahora debemos decir algo sobre el contenido, enfoque y significado de los sistemas de enseñanza, educación, instrucción etc. que han regido nuestra cultura hasta los tiempos actuales.

Nuestra civilización y cultura occidental a lo largo de los tiempos que llamamos históricos, ha venido desarrollándose de una manera tal, que ahora en los tiempos actuales refleja un rezumo intelectual y un especial pathos muy dignos de tener en cuenta y examinar aunque sólo sea en sus rasgos mas característicos.

En los tiempos anteriores a la era cristiana se sabe que los procesos de educación, etc. (procesos de socialización), tenían carácter restringido y bien estructurado, de manera que las autoridades podían distinguir y elegir qué clase de cuestiones deberían ser impartidas o aprendidas.

En tiempos del imperio romano dichos procesos de socialización se reforzaron y se reforzaron de tal manera que estando regidos por estamentos político-religiosos, la educación, enseñanza, instrucción, etc. aunque reservadas, como casi siempre, a los estamentos de los ricos y los poderosos, se metodizan y estabilizan un tanto de tal manera que pudieron servir de un pasable paradigma durante gran parte de la edad media (edad media obscura y edad media baja) sobre todo.

Durante este periodo de tiempo que hablamos, es bien sabido que todo el sustrato social–cultural estaba muy influido por el acerbo cultural griego, y funcionaba como super-síntesis helénica de todas las culturas adyacentes sobre todo Egipto, Persia etc.


Durante este período histórico salió pujante a la luz el fenómeno cristiano que, como todo el mundo sabe, empezó a tener verdadera fuerza y relieve, sobre todo a partir del siglo IV a.c. Esta nueva religión (cultura ideológica), desde entonces estará informando con más o menos fuerza, (según períodos) en la cultura y civilización occidental.

Así pues, como decimos en el párrafo anterior, trabajando sobre las gentes y los tiempos, esta cultura cristiana, vino amortiguando y como anestesiando casi todo el significado e influjo que la cultura greco-romana venía haciendo sobre la sociedad antigua, la medieval y en parte sobre la moderna.

Ya en la alta edad media, empezó a surgir lo que habría de llamarse Renacimiento, que primero influía subrepticiamente sobre el período llamado escolástico, y en seguida, sobre toda la sociedad, propiciando volver la mirada a los tiempos en que la cultura greco-romana informaba a los pueblos.

El Renacimiento trae la posibilidad de apertura y progreso de las ciencias y de libertad a los pueblos con una velocidad bien distinta de las épocas anteriores. Todo esto lleva a una refundición y una comprensión especial y específica en el terreno de la enseñanza, la instrucción, la educación y el aprendizaje (proceso sociológico).

La proximidad del siglo de las luces hace que la influencia cristiana sobre la cultura occidental, requiera una apreciación muy especial con referencia a la libertad, a las creencias y las ciencias.

La modernidad en la cultura de occidente, con sus recesos políticos y humanísticos, nos trae a nuestros tiempos en que los adelantos científicos y tecnológicos dan nuevas premisas para la revisión de las culturas.

Con esta súper-sucinta explanación del desarrollo de la cultura occidental a través de los tiempos podemos hacernos cuenta que hoy en día el desarrollo de la cultura occidental y su acerbo social están altamente sofisticados.

Hoy en día no debemos seguir expresándonos con premisas que el destino parece no aceptar como auténticas e integrales para el progreso y el bienestar de los pueblos.

Nos damos por enterados de que un cambio es necesario y premioso y trataremos de hacerlo a base de arreglos profundos e integrales para que la revolución que con toda certeza se está aproximando no tenga que ser inevitablemente cruenta.

Esos locos que corren

Yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol. Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche.... Están locos.

En verano corren, trotan, transpiran, se deshidratan y finalmente se cansan. sólo para disfrutar del descanso. En invierno se tapan, se abrigan, se quejan, se enfrían, se resfrían y dejan que la lluvia les moje la cara. Yo los he visto.

Pasan rápido por la rambla, despacio entre los árboles, serpentean caminos de tierra, trepan cuestas empedradas, trotan en la banquina de una carretera perdida, esquivan olas en la playa, cruzan puentes de madera, pisan hojas secas, suben cerros, saltan charcos, atraviesan parques, se molestan con los autos que no frenan, disparan de un perro y corren, corren y corren.

Escuchan música que acompaña el ritmo de sus piernas, escuchan a los horneros y a las gaviotas, escuchan sus latidos y su propia respiración, miran hacia delante, miran sus pies, huelen el viento que pasó por los eucaliptos, la brisa que salió de los naranjos, respiran el aire que llega de los pinos y entreparan cuando pasan frente a los jazmines. Yo los he visto.

No están bien de la cabeza. Usan championes con aire y zapatillas de marca, corren descalzos o gastan calzados. Traspiran camisetas, calzan gorras y miden una y otra vez su propio tiempo.

Están tratando de ganarle a alguien. Trotan con el cuerpo flojo, pasan a la del perro blanco, pican después de la columna, buscan una canilla para refrescarse. y siguen.

Se inscriben en todas las carreras. pero no ganan ninguna. Empiezan a correrla en la noche anterior, sueñan que trotan y a la mañana se levantan como niños en Día de Reyes. Han preparado la ropa que descansa sobre una silla, como lo hacían en su infancia en víspera de vacaciones.

El día antes de la carrera comen pastas y no toman alcohol, pero se premian con descaro y con asado apenas termina la competencia. Nunca pude calcularles la edad pero seguramente tienen entre 15 y 85 años. Son hombres y mujeres. No están bien. Se anotan en carreras de ocho o diez kilómetros y antes de empezar saben que no podrán ganar aunque falten todos los demás.

Estrenan ansiedad en cada salida y unos minutos antes de la largada necesitan ir al baño. Ajustan su cronómetro y tratan de ubicar a los cuatro o cinco a los que hay que ganarles. Son sus referencias de carrera: “Cinco que corren parecido a mí”.

Ganarle a uno solo de ellos será suficiente para dormir a la noche con una sonrisa. Disfrutan cuando pasan a otro corredor. pero lo alientan, le dicen que falta poco y le piden que no afloje. Preguntan por el puesto de hidratación y se enojan porque no aparece.

Están locos, ellos saben que en sus casas tienen el agua que quieran, sin esperar que se la entregue un niño que levanta un vaso cuando pasan. Se quejan del sol que los mata o de la lluvia que no los deja ver.

Están mal, ellos saben que allí cerca está la sombra de un sauce o el resguardo de un alero. No las preparan. pero tienen todas las excusas para el momento en que llegan a la meta. No las preparan, son parte de ellos.

El viento en contra, no corría una gota de aire, el calzado nuevo, el circuito mal medido, los que largan caminando adelante y no te dejan pasar, el cumpleaños que fuimos anoche, la llaga en el pie derecho de la costura de la media nueva, la rodilla que me volvió a traicionar, arranqué demasiado rápido, no dieron agua, al llegar iba a picar pero no quise.

Disfrutan al largar, disfrutan al correr y cuando llegan disfrutan de levantar los brazos porque dicen que lo han conseguido. ¡Qué ganaron una vez más! No se dieron cuenta de que apenas si perdieron con un centenar o un millar de personas. pero insisten con que volvieron a ganar. Son raros.

Se inventan una meta en cada carrera. Se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la vereda, a los que los miran por televisión y a los que ni siquiera saben que hay locos que corren.

Les tiemblan las manos cuando se pinchan la ropa al colocarse el número, simplemente por que no están bien. Los he visto pasar. Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, tienen puntadas en el costado. pero siguen.

A medida que avanzan en la carrera los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las puntadas empiezan a repetirse y dos kilómetros antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí. ¿Por qué no ser uno de los cuerdos que aplauden desde la vereda? Están locos. Yo los conozco bien.

Cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan a puro amor la transpiración en su cara y en su cuerpo. Los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo les pega un grito solidario cuando atraviesan la meta.

Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice “Llegué -Tarea Cumplida”. Apenas llegan toman agua y se mojan la cabeza, se tiran en el pasto a reponerse pero se paran enseguida porque lo saludan los que llegaron antes.

Se vuelven a tirar y otra vez se paran porque van a saludar a los que llegan después que ellos. Intentan tirar una pared con las dos manos, suben su pierna desde el tobillo, abrazan a otro loco que llega más transpirado que ellos. Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza.

Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo. Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto. Se agrupan por equipos y viajan 200 kilómetros para correr 10.

Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior. Cuelgan sus medallas en lugares de la casa en que la visita pueda verlas y tengan que preguntar. Están mal.

-Esta es del mes pasado- dicen tratando de usar su tono más humilde. -Esta es la primera que gané- dicen omitiendo informar que esa se la entregaban a todos, incluyendo al que llegaba último y al inspector de tránsito.

Dos días después de la carrera ya están tempranito saltando charcos, subiendo cordones, braceando rítmicamente, saludando ciclistas, golpeando las palmas de las manos de los colegas que se cruzan. Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos -consigo mismo- una hora por día. Dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más.

Dicen que la gente no se banca tanto silencio. Dicen que ellos lo disfrutan. Dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras corren y conversan sin miedos con ellos mismos. Dicen que el resto busca excusas para estar siempre acompañado. Están mal de la cabeza. Yo los he visto.

Algunos solo caminan. pero un día. cuando nadie los mira, se animan y trotan un poquito. En unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos. Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran. Pican, frenan y vuelven a picar.

Me parece que quieren ganarle a la muerte. Ellos dicen que quieren ganarle a la vida. Están completamente locos.

Lo podéis escuchar en: http://www.youtube.com/watch?v=B8vDzHm4t44&

Empecemos con una definición, para andar por casa, de lo que se entiende comúnmente por teletrabajo: Teletrabajo = Trabajo + Distancia + Uso intensivo de las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Es el denominado SOHO (small office, home office), donde el domicilio propio es la principal base del trabajo.


En el año 2002 se rubricó un acuerdo en el ámbito europeo denominado AMET (Acuerdo Marco Europeo de Teletrabajo). Sentó las bases de unos principios generales:

1) la naturaleza voluntaria del teletrabajo y del retorno al trabajo presencial en instalaciones de la empresa, y

2) la igualdad de derechos y de tratamiento de los teletrabajadores en relación al resto de la plantilla, haciendo hincapié en los derechos de representación colectiva, seguridad y salud en el trabajo, formación y puesta a disposición de los equipos de trabajo necesarios.


En España el Estatuto del Empleado Público (EBEP) abre una puerta a la realización de ciertos tipos de trabajo en la modalidad de teletrabajo con el objetivo central de poder conciliar mejor la vida laboral y la profesional.
Ha sido a finales de 2005 y primeros de 2006 cuando el Ministerio de Administraciones Públicas (MAP) ha implantado programas piloto de teletrabajo en sus departamentos:

http://www.cedex.es/castellano/cedex-transporte/documentos/teletrabajo.pdf.

La evaluación de este plan puso de manifiesto que los trabajadores mantuvieron e incluso en algunos casos incrementaron la productividad, a la vez que su valoración sobre conciliación fue positiva.


A continuación tenéis una breve recopilación de pilotos de implantación dentro de la Administración Pública y en numerosas empresas privadas de gran importancia:

IBM http://www.marisolcollazos.es/noticias-informatica/?p=891

CISCO http://www.ison21.es/2008/09/11/cisco-impulsa-el-teletrabajo/

Junta Castilla y León http://www.marisolcollazos.es/noticias-informatica/?cat=31

SUN Microsystem http://planetgreen.discovery.com/tech-transport/telecommuting-home-office.html

ALCATEL-LUCENT http://www.marisolcollazos.es/noticias-informatica/?p=1907
RENAULT http://www.marisolcollazos.es/noticias-informatica/?p=94
Junta de Castilla la Mancha http://www.ccoofsapciudadreal.es/Autonoma/2010/2010-05-04%20Borrador%20Programa%20Piloto%20teletrabajo%20jccm.pdf

DATISA http://www.casacochecurro.com/201007166224/Trabajos/El-teletrabajo-como-metodo-de-gestion-para-aumentar-la-productividad-empresarial.html


El principal escoyo es la voluntad. A pesar de los buenos resultados de las experiencias piloto, existe una reticencia por parte de los directivos de las empresas, basados en sus prejuicios.

Estos prejuicios no son otros que la falta de confianza en los teletrabajadores y su pérdida de poder. Ya no podrían subyugar a sus asalariados obligándoles a leónidas jornadas de trabajo basadas en la presencia y no en el rendimiento. ¿Así quieren alcanzar una mayor productividad?

Entre los problemas reales que de verdad pueden paralizar este tipo de modalidad son los derivados a la indefensión y a la desvinculación de la labor sindical tradicional.


Quizás es necesario replantearse la acción sindical y abrir nuevas vías y acoger nuevos colectivos actualmente abandonados del entorno sindical. ¡Y luego esperan de ellos que secunden huelgas y apoyen sus movilizaciones!

Es la pescadilla que se muerde la cola y alguien debe ser el encargado de dar el primer paso para cambiar esta destructiva tendencia.

Deberían ser los sindicatos, al disponer de más experiencia e información, los que den ese primer paso de acercamiento hacia tradicionales sectores inmovilistas. Se debe buscar los argumentos y dar ejemplo.

Sangre, sudor y lágrimas (1ª parte)

Cuando parecía que habíamos tocado fondo y comenzábamos a salir del pozo, llegó el FMI, con Obama como mensajero, y nos hicieron la “llamada del ahorro” que ha provocado que Zapatero se doblegue y acceda a “aplacar a la bestia” de los especuladores sacrificando a la ciudadanía por medio de las archiconocidas “medidas de ajuste estructural”: 5% de reducción de las retribuciones del personal público, congelación de las pensiones con la excepción de las mínimas y no contributivas, eliminación del régimen transitorio para la jubilación parcial y de la prestación por nacimiento, reducción de los gastos en farmacia, supresión de la retroactividad de las prestaciones por dependencia, reducción de la Ayuda Oficial al Desarrollo (según el ínclito Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, debería haberse reducido aún más) y de la inversión pública estatal, así como el ahorro adicional de Comunidades Autónomas y Entidades Locales. Además, en el horizonte nos espera la controvertida reforma laboral.

Ambas medidas traerán consigo una gran pérdida neta de bienestar para los sectores más desfavorecidos y van a suponer un lastre para la actividad económica, justo ahora que parecía que se estaba recuperando.

Para más INRI, resulta que ahora en Castilla y León tenemos más gracejo que en la mismísima Andalucía, y hasta nuestro ilustre presidente, D. Juan Vicente Herrera, se lanza al más puro estilo Chiquito de la Calzada con frases como “nos costará sangre, sudor y lágrimas”, aprovechando la ocasión para mostrarnos su lado megalómano al equipararse nada menos que con Winston Churchill, que pronunció palabras parecidas (me imagino que la intención de nuestro loado cacique habría sido pronunciarlas con exactitud, pero tiene sus limitaciones) en su discurso a la Cámara de los Comunes en los albores de la II Guerra Mundial.


No sé qué me hace más gracia, si esa especie de plural mayestático cuando dice “nos costará” (entiendo que lo correcto habría sido decir “os costará”, ya que él y su camarilla van a seguir varios años chupando del bote, no haciendo nada para que salgamos de la crisis y permitiendo que los terroristas del capitalismo provoquen otras aún peores) o que tenga la frivolidad de comparar esta crisis económica con los graves padecimientos que sufren las naciones cuando sus dirigentes tienen la ocurrencia de meterlos en algún tipo de contienda bélica.

Mientras ellos sufren miles de bajas, bombardeos, falta de suministros, hambre, enfermedad, etc., nosotros no dejamos de ser una sociedad privilegiada y codiciosa que, siguiendo la inercia de rebaño, se ha dejado entrampar por un hatajo de ladrones.


En lugar de reducir a toda costa los gastos sociales, se podrían haber incrementado los ingresos públicos a través de políticas impositivas más justas, progresivas y eficaces, del estilo de los países del norte de Europa, que luchen contra la evasión, la corrupción y el fraude fiscal (estimado entre el 4% y el 8% del PIB en España, donde 1.440 personas controlan el 80% del PIB y se estima que, con los medios suficientes, los inspectores fiscales podrían rescatar 100.000 millones de fraude en cuatro años) y que obliguen a que los más ricos y, sobre todo quienes han ocasionado la crisis, aporten también su esfuerzo: política fiscal de hierro sobre las multinacionales, bancos y grandes fortunas; abolición de los paraísos fiscales y, hasta entonces, no reconocimiento jurídico en España de las sucursales financieras y empresas pantalla creadas en estos centros financieros extraterritoriales; medidas decididas relativas al afloramiento de la economía sumergida; establecimiento de un impuesto a los especuladores con deudas soberanas; utilización de las cajas de ahorro o el ICO para hacer fluir el crédito hacia la economía; supresión de las SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable), que permiten a las grandes fortunas pagar el IRPF al 1%, y del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), que sólo sirve para regalar más dinero a la banca privada. Aumentar los ingresos nacionales implica una menor dependencia de la deuda pública internacional y refuerza la soberanía y la democracia del país. Además, esto permitiría incrementar las inversiones públicas y generar empleo.

Al contrario que en EE.UU., donde los fondos públicos para estimular la economía han sido mayores que los dedicados a salvar a los bancos, los países de la UE han dedicado muchos más fondos a “salvar” a la banca que a estimular la economía: Gran Bretaña se ha gastado el equivalente al 29% de su PIB, Alemania el 20%, Francia el 18%, España el 14% y Portugal el 6%, todos ellos porcentajes mayores que el 5% de EE.UU. Por contraste, Gran Bretaña se ha gastado sólo un 1,8% del PIB en estimular la economía, Alemania un 3%, Francia un 2%, España un 1,2% y Portugal un 1,8%, porcentajes más bajos que el 6% de EE.UU. No es de extrañar que al otro lado del Atlántico, donde por cierto siguen inyectando dinero en la economía (es decir, invirtiendo, no gastando como se empeñan en llamarlo algunos), hayan comenzado a crecer mucho antes que por aquí, tengan un crecimiento mucho más sostenido y no estén necesitando aplicar ningún “ajuste estructural”.


Continuará ...

Seguro que podemos hacerlo mejor

Erase una vez un concurso oposición en régimen restringido, donde se ofertaban dos plazas con un nivel salarial promedio.

Vinieron de todos los confines del reino hasta completar una lista de más de 30 candidatos. Todos, al menos los candidatos, estaban contentos por la oportunidad que la vida les brindaba. Parecía un paraíso hasta que las ilusiones fueron cercenadas de un tremendo tajo.

Se produjo con prontitud y alevosía, en la primera prueba, teórica y eliminatoria. Ese test fue sombrío e incluso tenebroso. Se atisbaban incomprensibles e inasumibles intenciones.

Los candidatos conocían de antemano el resultado del proceso, había esperanzas si se multiplicaba por dos las notas obtenidas. No ocurrió el milagro.


Para más inri, en el lugar de las vacantes, crecen las necesidades como setas, ¿tiene sentido acaso?

Ante semejante desaguisado y en vista que la oferta pública de empleo, sólo queda volver a intentarlo este año. Esta vez haciendo las cosas bien, incluso con un poco bien sería incluso suficiente si comparamos.

¿Y cómo sería? Es fácilmente asumible y puede ser un buen trabajo de entrenamiento para el recién creado Servicio de Formación. Se aplicaría a todo proceso de cobertura de vacantes y pasa por:

1.- Convocar formación teórica y práctica previa a la nueva convocatoria. Debe estar abierto a toda la plantilla interesada en esa carrera profesional, cuando exista.
2.- Realización, por parte de 1, 2 ó incluso todos los integrantes de la categoría, del examen propuesto para evitar desajustes en el nivel de conocimiento.

3.– Convocar una verdadera prueba de inglés técnico con o sin diccionario, en aquellas que así lo indica sus bases.

Por fin dejando de lado la pseudo-prueba de inglés genérico que nada tiene que ver con lo que se indica en las bases.

4.- Integrar, incluso, los cursos formativos, mediante evaluación continua, asociados al concurso para la cobertura de las vacantes. Proyecto a futuro que sólo sería viable cuando se hagan los deberes.

5.- Crear bolsas de trabajo internas con los aprobados sin plaza, fomentando la polivalencia y la flexibilidad de una manera real. Al menos eso es lo que propone el Plan de Empresa, ¿o son sólo palabras que se las lleva el viento?


Todavía se puede perfilar mucho más este procedimiento, pero basta como ejemplo de por dónde se debe hacer el camino, eso sí, preferiblemente mucho más rápido que hasta ahora. ¿A que de verdad se puede hacer mejor?

Prohibiciones cuando el sentido común no existe

Ciertamente la prohibición no es el camino para conseguir cambios. Se ha demostrado que la naturaleza humana siempre se revela ante tales imposiciones, independientemente de lo razonables y justas que sean.

Lo ideal es que el ser humano haya recibido una educación adecuada, con unos sólidos valores morales que le sirvan para aplicar un criterio adecuado en cada situación, lo que habitualmente se conoce como sentido común.

Pero la vida diaria nos demuestra que no es así. La población tiene una importante carencia de valores y no me refiero sólo a los jóvenes que para muchos son los culpables de todo, es la sociedad en su conjunto.

Pongamos ejemplos del día a día. Continuamente escuchamos que la Dirección General de Tráfico (DGT) coloca controles y hace las leyes con fines recaudatorios. Semejante argumento para desprestigiar a la DGT sí que es un atropello.

¡Pues claro que la DGT tiene fines recaudatorios! Pero eso no es un argumento de desprestigio ya que obtiene sus beneficios de regular donde el sentido común falla y proteger la seguridad vial. Si gracias a ello se financian carreteras, mejoras en los quitamiedos, etc. ¡Bienvenido sea!

Y todavía más, creo firmemente que se deben endurecer todavía más las penas para algunos comportamientos irresponsables, ya que de sentido común muchos andan un poco escasos.

Estoy harto de los delincuentes que conducen a 200 km/hora, de los que conducen con 3 copas, o los que desprecian las señales de tráfico poniendo en peligro las vidas de otros o de los que se sientan al volante durante interminables jornadas laborales por imposiciones de plazos y no se sabe muy bien qué causas, pero principalmente vinculadas a su patrón que es también responsable de lo que pudiera suceder..

Todos ellos son delincuentes que pueden provocar y provocan accidentes. Si se financia la DGT con dinero de las multas que pagan esos… entonces estamos de enhorabuena.


Otro ejemplo, salvando las diferencias, lo tenemos muy próximo: la prohibición en Cataluña de la ¿fiesta de los toros? ¡Menuda fiesta! No hemos evolucionado mucho desde el circo romano la verdad.

Pero puestos a elegir el opio del pueblo, prefiero el fútbol que por lo menos no provoca derramamientos de sangre para divertir al público.

La justificación de los toros por la cantidad de empleos que generan es una aberración. De la misma equivocada manera se podría justificar la trata de mujeres por estar entre los tres negocios más lucrativos del planeta.

Otra “joya” de justificación, que me produce pena por su bajeza, es que aparece en la literatura, el cine o el teatro. Por la misma razón se podría justificar la violencia de género. ¿Entendéis porqué hago hincapié en la ausencia de valores?

A pesar de todo estoy encantado de esta valiente medida aunque las motivaciones que la han promovido no hayan sido precisamente el sentido común o la defensa de los derechos de los animales. La prueba es que han mantenido los toros embolados (los correbous y similares) ¿A qué juegan los políticos en Cataluña? Se llama doble moral, si es que tienen moral.

Todos sabemos que ha sido un posicionamiento político de diferenciación con respecto del resto de España, pero personalmente me importa un pimiento las motivaciones si se consigue algo verdaderamente positivo, como ha sido en este caso.

Otro ejemplo candente y sobre todo dentro de la FNMT, es el fumar en el recinto fabril. La prohibición llegó para suplir el sentido común y la educación, pero la naturaleza humana hace que muchos se revelen ante una medida beneficiosa para todos, sobretodo para los fumadores.

Hablemos de rotondas

Me parece un poco ridículo dedicar una sola línea a un tema tan evidente, pero al ser un habitual conductor urbano en una ciudad que cuenta cada vez con más rotondas, la cuestión me quema por dentro.

Rara es la semana en la que no veo algún percance en cualquier rotonda, raro el mes en el que no presencio alguna colisión, e inaudito el día en el que ningún conductor se pone en peligro a sí mismo y a los demás al no realizar bien la maniobra de giro en alguna rotonda (por supuesto, siempre tocando la bocina, dando ráfagas de luces largas, vociferando y acosando peligrosamente centímetros por detrás a quien ose intentar hacerlo bien).

Es el típico caso en el que lo más sencillo es hacerlo bien, pero algunos se obstinan en hacerlo mal.


La norma (y, en caso de desconocerla, el sentido común) dicta que «cuando existan varios carriles, se deberá circular por el de la derecha, salvo para realizar ciertas maniobras» (artículo 14 de la Ley de Seguridad Vial).

Es decir, que si pretendemos girar a la derecha o seguir de frente, deberemos situarnos en el carril de la derecha de la vía de acceso y circular también por el carril de la derecha dentro de la “glorieta” (este es el nombre oficial según la DGT).


Si, por el contrario, pretendemos realizar un giro a la izquierda o un cambio de sentido (a esto se refiere la norma con lo de “ciertas maniobras”), hay que situarse en el carril de la izquierda de la vía de acceso a la glorieta y circular por el carril interior de ésta, para posteriormente abandonarlo y pasar al carril exterior un poco antes de la salida que pretendamos tomar – lógicamente, con la previa señal luminosa y siempre teniendo en cuenta que estamos efectuando un cambio de carril luego, en virtud del artículo 28.2 de la Ley de Seguridad Vial, no tenemos preferencia («toda maniobra de desplazamiento lateral que implique cambio de carril deberá llevarse a efecto respetando la prioridad del que circule por el carril que se pretende ocupar»).

Es decir, que seguir recto desde un carril interior o girar a la izquierda desde un carril exterior supone incumplir este artículo, puesto que no estamos respetando la prioridad de quienes circulan por otros carriles.


Hasta aquí las normas y el sentido común; ahora la realidad: parece que haya alguna fuerza oculta que incita a girar a la izquierda desde el carril derecho, con el consiguiente desprecio hacia aquellos que realizan bien la maniobra, amén de las situaciones de peligro que provocan al colocarse en el ángulo muerto de quienes giran correctamente a la izquierda que, por otra parte, al advertir que un vehículo circula por su derecha, lógicamente deducirán que va a seguir de frente o girar a la derecha, no siendo sino gracias a la precaución y a la filosofía del “piensa mal y acertarás” que se evita que haya muchos más accidentes, puesto que esa lógica rara vez se cumple.

Para más INRI, últimamente vengo observando que los vehículos de las autoescuelas también realizan los giros a la izquierda en las rotondas circulando por el carril derecho.

¿Será una nueva norma implantada unilateralmente de común acuerdo por instructores y examinadores?

Y, yo me pregunto: ¿si utilizamos el carril derecho para girar a la izquierda, para qué sirve el carril izquierdo?


¿Sólo para cambios de sentido – que, al fin y al cabo, comienzan por un giro a la izquierda?

Espero que la respuesta de los “especialistas” no sea “para girar a la derecha o para seguir recto” (maniobra que, dicho sea de paso, realizan no pocos conductores).

Para calmar los ánimos, leamos el estupendo artículo de Lorenzo Silva “Teoría de las Rotondas”, donde el novelista y articulista nos demuestra cómo incluso en los casos más exasperantes se puede sacar provecho de un talante razonable, estoico y conciliador.