martes, 18 de enero de 2011

Diario de un drama: ¿ficción o cruda realidad?

Lunes 29 de Noviembre

Hacía tiempo que no escribía en mi diario y lo estaba necesitando. Estoy a punto de explotar. Este estado de ansiedad me afecta en mi vida diaria y, lo que es peor incluso, en el trabajo, sólo espero mantener la calma y que no se produzca alguna desgracia.

Son ya 10 meses de sufrimiento, presiones laborales y mediáticas. Es increíble la manipulación informativa. Enciendes la televisión y en cualquier canal nos tachan de privilegiados y de ganar mucho dinero.

¿Desde cuándo un trabajador asalariado pide que otro pierda sus derechos y que le bajen el sueldo? El mundo al revés.

No es de recibo esta campaña de acoso y derribo hacia nuestro colectivo, parece un acto desesperado del Gobierno para trasladar el debate de la crisis y cambiar las encuestas electorales.

Eso sí, abrazando las políticas y comportamientos de la derecha más rancia. ¿Partido de izquierdas? Será otro pero este ni siquiera lo parece un poquito.


Martes 30 de Noviembre

Pensaba que escribir en mi diario serviría para aliviar tensiones, pero no es el caso. La situación se crispa por momentos.

Nuestro Convenio Colectivo, documento sagrado y con rango de ley amparado por el Estatuto de los trabajadores y la Constitución Española, fue firmado libremente por representantes de los trabajadores y de la empresa con el beneplácito del Gobierno de turno.

Estábamos en 1999 y fue un acuerdo bueno para am-bas partes. Ya entonces nos quejábamos de la cantidad de horas extras que eran necesarias hacer y reclamábamos que se crearan nuevos puestos de trabajo fijos.

El Gobierno y la empresa se negaban en redondo aunque hemos llegado al extremo que cada trabajador haga de media un 50% más de las máximas horas anuales permitidas. ¿Qué sentido tenía y tiene?

Con los costes de las horas extras de un solo trabajador se podía contratar entre 1 y 2 nuevos trabajadores fijos.

Es un derroche de fondos públicos inadmisible, censurable y recriminable por parte de quienes tienen la potestad de hacer las contrataciones (Gobierno y empresa). Ya hace más de una década se justificaba por una supuesta privatización.


Miércoles 1 de Diciembre

Me siento como si estuviera dentro de un circo romano y están lanzando carnaza para tener contento al pueblo, no sea que les dé por cargar contra los verdaderos culpables de la crisis: Gobierno, oposición, sindicatos mayoritarios, grandes empresas, la banca y en definitiva el sistema capitalista.

Parece que no es suficiente aprobar 3 decretos en lo que va de año para echar por tierra un Convenio Colectivo consensuado y legalmente aprobado por todas las partes. ¿Es acaso constitucional?

Quizás debamos comenzar a movilizarnos y denunciar semejante abuso. Pero salvo llevarlo a los juzgados no tenemos otro modo de presionar.

El derecho a la huelga lo tenemos coartado de facto. Ya este verano en nuestra intención de hacer huelga nos amenazaron con unos servicios mínimos del 110% (si incluimos las horas extras). ¡Viva esta democracia!

Me está creando una enorme intranquilidad la virulencia de los comunicados del Ministro de Fomento, rozando la visceralidad manifiesta.

Está calando en la opinión pública, incluso en los sindicatos nacionales “oficiales”. Tenemos a todos en nuestra contra, es una lucha desigual.


Jueves 2 de Diciembre

Estoy asustado por los rumores que corren. Se habla que van a publicar otro “decretazo” para imponernos más horas de las que legalmente podemos trabajar. ¿Acaso no han tenido suficiente?

Casi no he pegado ojo y eso que estoy con días libres. Mañana me incorporo y me toca trabajar todo el mega-puente. No sé si estaré en condiciones psi-cofísicas para hacerlo. La ley me lo exige pero lleva-mos ya 10 meses que por las tremendas presiones todos asistimos al trabajo mermados. La opinión pública no aceptaría una baja por ese motivo, parecemos un colectivo marginal que no tiene ningún derecho. Menos mal que hasta ahora no hay accidentes que reseñar, pero esto puede ser la “puntilla” que nos haga derrumbarnos.


Viernes 3 de Diciembre

¡Lo han publicado! Hoy han cambiado las normas del juego. Muchos compañeros habían completado el cupo máximo de horas anuales. Para mantener el servicio sin nuevas incorporaciones nos han vuelto a joder vivos.

Ahora tenemos que recuperar todas las horas y días que hayamos estado de baja, de permiso de maternidad/paternidad, por cuidado o acompañamiento de personas dependientes, por consultas médicas, etc.

Por un momento he cambiado mi percepción y he pasado a modo “tercera persona”. Era una película de abusos sociales, de dictadura del Capital y del Estado, donde los derechos se han borrado de un plumazo.

En el decreto se plasma lo que se intuía: privatización. Alguno acaba de ganar unos cuantos millones de euros a costa de todos los ciudadanos. Sólo se ha privatizado lo que era rentable, me avergüenzo de mi país.

Me incorporo a trabajar en el turno de tarde. Hoy he sido incapaz de comer nada y me tiemblan las manos.


Sábado 4 de Diciembre

Ayer fui incapaz de escribir por la noche y contar todo lo que pasó. A eso de las 5 de la tarde un grupo de compañeros (y yo mismo), siendo conscientes de nuestra incapacidad para trabajar abandonamos nuestros puestos de trabajo para asistir al médico.

Todo esto mucho antes de comenzar el volumen inmenso de trabajo por lo que no representaba ningún problema para la seguridad.

Desde entonces estoy en casa intentando recuperarme, a base de Valium. Lo cierto es que no me hace nada porque estoy pegado a la tele escuchando barbaridades. Tengo que ir hoy al médico para que me dé algo un poco más fuerte.

¿Cómo es posible que la población sea tan ciega? ¿No se dan cuenta que están siendo manipulados? Les tratan como borregos y no se dan ni cuenta. Acaban de llamar a la puerta, continuaré después.


Domingo 5 de Diciembre

Lo de ayer fue como las películas americanas, donde se vulneran los derechos civiles, por parte de los militares, con cualquier excusa tonta. Eso mismo ocurrió ayer en nuestro país.

Cuando abrí la puerta me encontré con una pareja de Guardias Civiles con cara de pocos amigos. Me entregaron una “cariñosa cartita” donde me amenazaban con acusarme de sedición si no me presentaba en mi puesto de trabajo.

Por un momento comprendí lo que podía estar sintiendo ahora mismo un trabajador chino en China, donde vienen a tu casa a buscarte para que te presentes en el trabajo.

Lo vivido después fue más surrealista si cabe. Militares por todas partes, al mando de un servicio civil y amparados por otro decreto (parece que no se cansan nunca) del Gobierno.

¡Toma ya! Esto se llama golpe de estado, pero lo que no me cuadra es que sea orquestado por el propio Gobierno. ¿Contra quién? ¿Contra ellos mismos por su incapacidad flagrante? No soy jurista, pero democrático no parece.

Continúo mi relato. Me incorporo a mi puesto, de nuevo bajo amenazas de incurrir en sedición. Palabra extraña donde las haya si se aplica a un civil.

Con resignación comienzo mi trabajo entre anestesiado por la medicación y vapuleado por la presencia militar bien pertrechados de armamento. ¿Seremos tan peligrosos para tan digno trato?

Se me han quitado las ganas de escribir, al menos hasta que vuelva la democracia no sea que me fusilen por ejercer la libertad de expresión.


¿Continuará...?

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